Crónica de mi visita al Atanasio Girardot
El 5 de Enero me levanté muy emocionado porque
jugaba mi equipo del alma: Atlético Nacional. Me levanté muy alegre y contento, saqué mis
parlantes y me puse a escuchar la música del Nacional. Luego, saqué mi
trapo de Nacional, pase todo la mañana contento, escuchando los coros que
animan a uno como fanático del Atlético Nacional.
Se hicieron las 4:00 pm y ya estaba listo rumbo al Estadio, cogí un moto taxi y me fui para la estación donde se encontraba el bus que iba directo al municipio de Malambo, donde se encuentra el aeropuerto, donde abordamos al avión que se dirigía para la ciudad de Medellín, estábamos muy contento y alentando al verdolaga, salimos a las 5:15pm.
Se hicieron las 4:00 pm y ya estaba listo rumbo al Estadio, cogí un moto taxi y me fui para la estación donde se encontraba el bus que iba directo al municipio de Malambo, donde se encuentra el aeropuerto, donde abordamos al avión que se dirigía para la ciudad de Medellín, estábamos muy contento y alentando al verdolaga, salimos a las 5:15pm.
Llegamos al
estadio a las 7.00 pm, ya estaban las puertas del estadio abiertas, entramos y
comenzamos a brincar de la emoción, dándole fuerzas a los jugadores del
nacional, para salir adelante con el verdolaga. La tribuna occidental estaba
que reventaba de alegría. En el Atanasio Giraldo se escuchaban los gritos y
coros alentando al verdolaga.
Salieron los jugadores a la cancha y la Tribuna occidental no dejaba de alentarlos, los jugadores se sentían muy emocionados y con energía, confiando en ellos mismos para ganar el partido, sonó el pitazo y comenzó el partido.
Salieron los jugadores a la cancha y la Tribuna occidental no dejaba de alentarlos, los jugadores se sentían muy emocionados y con energía, confiando en ellos mismos para ganar el partido, sonó el pitazo y comenzó el partido.
Nosotros los de la barra del sur apoyamos al equipo en las buenas
y en las malas y nunca los dejábamos solo. Siempre estaremos con el donde él
vaya, allá estaremos.